
Si!!! Ganador!!! porque este mes el mejor relato es de un hombre, si chicas, nos gano. Fueron tomados en cuenta la redación, la estetica, el nivel de descripción y sobre todas las cosas la sutileza con la cual se relataron las escenas mas picantes de la historia. El escritor del mes se apoda sugestivamente "Mr. Erotic" y es de Buenos Aires, Argentina. Mr. Erotic muchas gracias por tu participación y sos el
ganador de una orden de compra por $80 en nuestra boutique on line
Tentaciones de Alcoba, que lo disfrutes!!
Ahora si, sin mas preámbulos disfrutemos de esta historia...
UNA NOCHE
El aburrimiento del sinsentido del zapping televisivo lo empujó a fumar un cigarrillo mientras recorría las calles de la ciudad, calles conocidas de memoria, de una ciudad que ya no ocultaba secretos para el, donde se había criado, donde se había formado, donde sentía que estaba encerrado en un sopor asfixiante, sin placeres que descubrir. Definitivamente ya no hay nada para mí, pensaba mientras recorría el intricado laberinto de callejuelas del barrio distinguido que lo encaminaban hacia el centro. La noche estaba en su apogeo y no se cruzo más que un perro y algún taxi. Así le gustaba, era el único momento en el cual podía caminar absorto en sus pensamientos sin tener que prestar mucha atención a su alrededor.
Llego al centro, las luces y el aumento del tránsito lo sacaron de su mente, había mucha gente a pesar de la hora, pero en definitiva esta ciudad es así, nunca duerme. Se encaminó hacia la avenida principal, donde se encontraba el cafetín donde toda su vida se sentó en la misma mesa, pidió siempre un café doble y el diario, donde se ponía a leer indiferente a todo loque pasaba a su alrededor. Esa noche fue igual, no había un porque para cambiar.
Se sentó y no hizo falta pedir nada, el mismo mozo de hace años le trajo el diario y el café. El salón estaba casi vacío, en la barra estaba un hombre de traje charlando amenamente con el adicionista mientras apuraba su vaso de vino barato, en la otra punta una pareja discutía, pero no logró entender por que, y los dos mozos de siempre. En la calle pasaban las personas que salían del teatro que quedaba a una cuadra, señal que pronto las calles quedarían casi desiertas, solo quedarían algunos indigentes juntando el cartón que los locales céntricos a diario dejaban por doquier en las calles, y algún que otro noctámbulo solitario como el. Leyendo la sección de policiales nunca se imaginó que estaba a punto de cambiar su vida para siempre.
Se abrió la puerta del local, y como reflejo de cualquier persona que esta sola en un café, levantó la mirada para ver quien era y sus ojos, como un rio de montaña en deshielo, se inundaron de belleza y todos sus pensamientos quedaron eclipsados por la imagen que acababa de ver. Sin disimulo posó el diario sobre la mesa y comenzó a mirarla. Era una mujer esbelta, de sencilla elegancia y con cierto aire de distinción. Entro y se sentó a dos mesas de la suya enfrentada a él, le pidió al mozo un capuchino y se puso a leer su agenda. Tenía puesta una falda que dejaba entrever debajo de la mesa unas piernas perfectamente torneadas, la blusa holgada sugería una figura curvada con un busto perfecto. Hipnotizado por la dama se detuvo en su rostro angelical. Un mechón negro caía suavemente sobre una de sus mejillas. Su piel era rosada y brillante, sus labios pintados de un rojo profundo, eran carnosos, su nariz respingada encajaba a la perfección en su semblante. Siguió subiendo hasta encontrarse con sus ojos, ojos de un negro profundo, con rasgos estilizados y con un brillo descomunal.
Como es habitual cuando uno se siente observado, ella levanto la mirada de su agenda para ver de donde provenía esa energía observadora y sus miradas se cruzaron. Para su asombro, él, que era presa de una timidez que rondaba casi en el ridículo, no bajo la vista y sintió una conexión nunca antes experimentada. Se miraron un rato y ella volvió a su agenda; el no pudo volver a su diario. Terminó su capuchino pidió la cuenta, pagó y antes de levantarse le dirigió una mirada con fuego y se encaminó hacia la puerta. Sin darse tiempo para reflexionar el se levantó de su mesa y fue tras ella. Para su sorpresa lo estaba esperando a metros del cafetín y sin mediar palabra comenzaron a caminar. Solo se miraban y caminaban. Llegaron a la puerta de un hotel reconocido de la zona y entraron, subieron en el ascensor a la habitación y estallaron como una volcán en una delicada lujuria. Comenzaron a besarse en el pasillo y sin soltarse abrieron la puerta. Suavemente comenzó a desabrocharle la blusa dejando al descubierto sus pechos erguidos. Mientras sus manos recorrían la suavidad de su espalda con su boca le besaba el cuello. Hábilmente desabrochó con una mano su sostén y le beso los pezones que comenzaban a erizarse. En el furor de la pasión cayeron abrazados en la amplia cama típica de hotel. Ella le desabrocho el cinturón y ayudada con sus piernas fue bajando su pantalón dejando al descubierto su prominente erección. Ya desnudos y sin dejar de besarse ni siquiera un instante comenzaron un lento juego de masturbación. El se encontró con un pubis suave y haciéndola desear fue bajando lentamente hasta encontrarse con los mojados labios. Con un suave movimiento circular jugó con su clítoris sintiendo como ella comenzaba a retorcerse y gemir a causa del placer que le estaba regalando. Entregada totalmente al éxtasis dejo de resistirse y comenzó a acabar una y otra vez mientras con sus manos sentía el calor de su dureza bajo su suave fricción. Ella se subió arriba de el y se balanceo primero suavemente, subiendo, a medida que aumentaba su éxtasis, la velocidad. Cambiaron de postura una y otra vez como queriendo recuperar todo el tiempo que habían tardado en conocerse hasta llegar juntos a un mágico clímax acabando al mismo tiempo. Cayeron boca arriba en la cama presos de ese inigualable jadeo posterior al orgasmo. Tomaron aire, se volvieron a mirar como en el cafetín y volvieron a hacer dos veces mas el amor hasta caer completamente rendidos y se quedaron dormidos sin haber siquiera cruzado una palabra.
A la mañana el abrió los ojos después de un profundo sueño que hacia años que no lo acompañaba y para su asombro estaba solo en la cama. De un salto se levantó y se dirigió al baño, pero no, se había ido y ni siquiera sabía su nombre. Pidió el desayuno y mientras apuraba el café, fue vistiéndose. Pago la habitación y se dirigió caminando hacia su casa sin poder sacarse de la cabeza la belleza atrapante de un rostro que jamás podría olvidar. A partir de esa noche, volvió al cafetín todos los días pero ya no leía el diario, solamente se sentaba con su café mirando hacia la puerta con la esperanza de volver a verla entrar.
Mr. Erotic
Les recordamos que queda oficialmente abierto la segunda entrega de este Concurso Tentador, no sean tímidas o tímidos, envíen sus
relatos que tal vez sean, como Mr. Erotic, los próximos ganadores de la orden de compra en
Tentaciones de Alcoba. La fecha límite de entrega de los cuentos es el 31 de julio del corriente año, y contará entre las filas del jurado al ganador de este mes Mr. Erotic. El relato
ganador será elegido el 5 de agosto y será publicado inmediatamente. Los esperamos!!!
Envíen sus
relatos a
tentencionesdealcoba@gmail.com en formato Word con un máximo de dos páginas. Serán omitidos todos aquellos
relatos que no estén en el formato anteriormente citado, que posean lenguaje incorrecto y que esten en otro idioma que no sea español.